Un hogar provisional y seguro en la frontera
En la frontera de México con Estados Unidos, existen una red de Casas YMCA para Menores Migrantes gestionadas por YMCA México, con el apoyo de las YMCA locales de Estados Unidos y Canadá. Se tratan de hogares provisionales gratuitos para menores de ambos sexos procedentes de diversos puntos del país (o incluso de Centroamérica) que, en su intento por cruzar la frontera de manera ilegal, son detenidos, arrestados y deportados a México por las autoridades migratorias.
Los menores migrantes atraviesan una serie de riesgos en cada etapa del viaje y, para cuando llegan a las Casas YMCA, se encuentran cansados, desconfiados, temerosos y profundamente decepcionados por no haber logrado su propósito de llegar a Estados Unidos. Propósito en el que, tanto ellos como sus familias, han invertido esfuerzo y dinero.
Estas casas existen desde que la primera fue establecida en 1991 en Tijuana, en la frontera con California, y, actualmente, son 4 las ciudades fronterizas que proveen a los menores migrantes deportados un espacio seguro donde se les alimenta y se les ofrece asesoría jurídica y psicológica y todo el apoyo para reunirlos de nuevo con sus familias.
Antes de su creación, los menores migrantes eran dejados en las ciudades a lo largo de la frontera mexicana sin protección, servicios o refugio. Ahora cuentan con las Casas YMCA de Tijuana, Ciudad Juárez y Piedras Negras en la frontera con Texas, y Agua Prieta en la frontera con Arizona.
¿Cómo funcionan?
Un matrimonio residente en cada Casa YMCA apoya a los menores en la recuperación de su estabilidad emocional y física, y atiende sus necesidades básicas como el alimento, el cuidado y la salud. Su permanencia en las Casas es de 3 a 8 días, mientras se intenta volver a unirlos con sus familias, que es el propósito fundamental.
Después de que estos jóvenes reciben los servicios básicos y desarrollan un sentido de seguridad y estabilidad emocional, las trabajadoras sociales de YMCA entablan un dialogo con ellos para comenzar el proceso de reunificación con sus familias.
En la actualidad, el trabajo realizado es reconocido como un programa modelo por los gobiernos mexicano y estadounidense, y por un amplio número de organizaciones humanitarias que trabajan a lo largo de la frontera, llevando un récord de atención de más de 68.000 menores migrantes repatriados.