¡Nuestros jóvenes no tienen límites!

“Quiero devolver a los niños lo que un día hicieron por mí”, nos comenta Chaimae. 

 

Chaimae emigró junto a su familia desde Marruecos cuando tenía 4 años. Su madre comenzó en YMCA sus clases de castellano y Chaimae necesitaba un apoyo adicional en sus tareas escolares, ya que sus padres no tenían estudios y no podían ayudarla. Así que empezó a venir a las clases de refuerzo educativo, donde resolvían sus dudas y aprendía técnicas de estudio. Los fines de semana venía a las actividades de ocio y tiempo libre y disfrutaba junto al resto de compañeros de las excursiones, juegos y talleres que organizábamos.

¡En todos estos años la evolución de Chaimae ha sido grandísima! A pesar de sus problemas de concentración, sus ganas por mejorar y de sacar sus estudios adelante han sido enormes. Se ha convertido en una persona responsable, comprometida y muy preocupada por el bienestar de los demás.

Nos sentimos muy orgullosos de tenerla como voluntaria, de contar con sus ganas y con su experiencia de vida. ¡Es sin duda un ejemplo para los más pequeños!

 

                           Chaimae con 5 años en una actividad de YMCA 

 

                   Chaimae como voluntaria en una actividad de ocio y tiempo libre

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