“Buenos días, mi nombre es María Jesús y quería opinar sobre su organización, si me lo permiten.
La iniciativa de montar una ONG dedicada a ayudar a los jóvenes a buscar trabajo me parece de lo más acertada. Para jóvenes desconcertados, con o sin formación, que se enfrentan al mundo laboral no tiene precio encontrarse acompañados. El asesoramiento en este entorno nuevo para ellos es fundamental. Los temibles recortes deshumanizan y abandonan a las personas cada vez más. Gracias por estar.
El proyecto me parece fabuloso. Pero en nuestro caso, el de mi hijo y mío, quería hablar del trato recibido.
Se puso en contacto con nosotros Elena, una muchacha simpática y amable. Más tarde, durante la cita, su forma de “normalizar” la situación fue para mí, acostumbrada a lidiar con los prejuicios, un bálsamo. Habló de cómo ampliar el currículum de Ezequiel; de hacer varios según los intereses de la empresa a la que lo dirigiera; de complementarlo con vídeos, fotos, etc. Todo ello, mirando a Ezequiel a la cara, dirigiéndose a él. Yo, en segundo plano. En un principio parece lo normal ¿verdad? Y así es, es lo normal. Pero no es lo habitual.
Ezequiel tiene un Grado Medio en jardinería y floristería. Ha terminado recientemente un curso de Monitor de ocio y tiempo libre. Tiene muchas aficiones que enriquecen esos estudios. Ha organizado la biblioteca de la Residencia Andalucía de Málaga, de la que ha sido responsable durante un año (ha vivido allí cuatro años mientras cursaba sus estudios). Es castaño, ojos verdosos, es agradable de mirar, bajito, con un cuerpo bien proporcionado, tiene síndrome de Down (trisómico 21), es inteligente, dispuesto, trabajador, educado, creativo, demasiado responsable, impaciente, etc.
Es una de las descripciones que se pueden hacer de Ezequiel. Sobre todo cuando lo miras con intención de conocerlo. Obviando los prejuicios. Así fue como lo miró Elena. Esta joven mujer concibe de forma natural la “inclusión”. Sé por experiencia que la “marginada inclusión” tiene mucho que ver con la educación. Todos estamos muy mal educados en la valoración de la diferencia. Pero hay personas que la traen de fábrica. Es algo que traen de serie. Elena es una de ellas. Su buen hacer, su trabajo eficiente y creativo tiene como base su visión de las personas. Cuánto agradezco que acompañe a Ezequiel en este proceso. Es una verdadera suerte.
Todo el equipo, Elena, Rocío y su coordinadora Susana, me han hecho sentir cómoda y esperanzada. Y no digamos a Ezequiel. Son unas personas con muchas ganas de hacerlo bien y con una gran inteligencia emocional. Solo quería expresarlo.
Gracias por leerme.
María Jesús”