Actualmente la ciudad de Valencia y su amplia red de carriles bici, permite a la ciudadanía sumarse a los principios de una circulación más sostenible con el medio ambiente, que también incluye beneficios para el bienestar psicosocial de la persona y el empoderamiento personal, así como supone un ahorro económico y de tiempo en los trayectos por la ciudad.
Así pues, y en el marco de las acciones de mediación intercultural contempladas en el proyecto y encaminadas a la construcción de ciudadanía activa que incidan sobre el empoderamiento, desde YMCA hemos apostado por segundo año consecutivo en la planificación y desarrollo de un curso de iniciación para aprender a ir en bicicleta.
El curso ha sido impartido por “Aula de la bici”, entidad especializada en la normalización y plena integración de la bicicleta como medio de transporte. Ha constado de un total de 4 sesiones de 2h de duración cada una, en las cuales las participantes han podido vivir la experiencia con tranquilidad y disfrutando con ello en el cauce del río Turia, un espacio seguro fuera del tráfico.
De este modo y a través de una técnica sencilla y segura, las mujeres participantes han adquirido las habilidades y destrezas suficientes para empezar a pedalear con confianza.
A todas las mujeres participantes del curso les une la circunstancia de que hasta la fecha no habían tenido la oportunidad de aprender a ir en bicicleta, por lo que desde el principio se han mostrado muy motivadas y predispuestas a aprovechar esta oportunidad.
Para ellas la bicicleta supone un medio de transporte que puede mejorar su movilidad y autonomía, ya que muchas de ellas se dedican al sector de cuidados y limpieza y al estar vinculadas a diferentes hogares, hoteles, oficinas, etc. La bicicleta les ayuda a cubrir esta necesidad de desplazamiento de una manera más económica.
Más allá de las facilidades que otorga la bicicleta como medio de transporte rápido y seguro, las mujeres también han expresado que el hecho de haber empezado a pedalear les ha proporcionado una sensación de mayor autoestima y libertad; además la actividad ha sido una oportunidad para crear lazos de colaboración mutua con el resto de las mujeres.
Sin duda, para la población migrante en su conjunto, la bicicleta es un ente generador de empoderamiento que asimismo permite apropiarse y disfrutar de la ciudad, circulando por ella de una forma segura y amena.
Proyecto “Ciudadanía con voz: orientación, mediación y empoderamiento a personas migrantes”
