Volvemos al IES Satafi de Getafe para continuar con el alumnado nuestro programa de Empoderamiento juvenil para la prevención de delitos de odio por racismo y xenofobia.

Esta semana hemos realizado una primera sesión de acercamiento a los discursos y delitos de odio con las y los participantes, con la intención de que, a través del conocimiento de los mismo, sea más sencilla su identificación y posterior denuncia.

Para comentar, hemos abierto la sesión con un debate sobre los diferentes medios en los que pueden observarse discursos que fomentan el odio y la discriminación hacia ciertos colectivos. Por ejemplo, los periódicos, la televisión, campañas concretas de publicidad o de partidos políticos y, con especial atención, las plataformas digitales.

Los y las participantes han entendido perfectamente, cuando hemos comenzado a intentar definir maneras de combatir estos discursos, que lo primero que hay que evitar es compartir o difundirlos para no darles mayor visibilidad. Luego han puesto en común los pasos que deben seguir en las principales redes sociales para denunciar este tipo de contenidos discriminatorios y de odio.

A través de varias dinámicas de grupo hemos conseguido alcanzar los objetivos de la sesión. El primero, identificar y crear consciencia del daño moral y psicológico que los discursos de odio pueden generar en las personas y colectivos que los sufren. Divididos en tres grupos hemos unido entre todos los colectivos históricamente estigmatizados (grupo 1) con los estereotipos asociados a cada uno (grupo 2) y las razones y datos que desmienten dichos estereotipos (grupo 3). Han reconocido sorprendidos que les ha resultado muy fácil unir a cada colectivo con su estereotipo debido a lo extendidos y arraigados que están.

“Detrás de cada agresión física o verbal suele haber estereotipos, prejuicios y actitudes discriminatorias en las que no nos fijamos y, por eso mismo, suceden” Anuar, 16 años.

En una segunda fase de la formación hemos creado un iceberg del odio desde los primeros pasos hasta llegar a las posibles últimas consecuencias (como la violencia física, por ejemplo).

“No era consciente de la cantidad de discrusos de odio que vemos o realizamos a diario sin darnos cuenta siquiera” Yasmin, 16 años.

Conociendo esto, la dinámica final ha consistido en que cada persona ha rellanado en un papel un perfil de una red social, a la que hemos llamado Satafigram (en honor al nombre del instituto), que colgaremos por los pasillos para que los demás alumnos y alumnas puedan escribir comentarios con la intención de evaluarlo todo en la próxima sesión.

El objetivo de esta dinámica es evaluar lo sencillo que resulta realizar comentarios discriminatorios y despectivos desde el anonimato y la distancia que facilitan las redes sociales. Esto nos llevará necesariamente a un ejercicio de empatía con aquellas personas víctimas de estos discursos que no son ayudados por los testigos del odio que reciben.