En el año 2010, mientras España se preparaba para el Mundial de Fútbol, un evento igualmente significativo estaba a punto de ocurrir en la vida de Mohamed. A la edad de once años, Moha, junto con sus padres y hermanos, se aventuró desde su hogar en Marruecos a una ciudad a las afueras de Madrid para emprender una nueva vida.
Esta mudanza no solo implicaba un cambio de país, sino también un cambio cultural y lingüístico que desafiaría sus habilidades de adaptación. Para Moha, adaptarse a su nueva vida en España fue un proceso gradual. Desde el principio, se enfrentó a desafíos al intentar socializarse y adaptarse al entorno escolar, donde el idioma español era una barrera inicial.
Aunque inicialmente se sintió algo perdido en el laberinto del colegio y la complejidad del idioma, Moha encontró un rayo de esperanza en la asociación YMCA. El encuentro fue fruto de la casualidad, pues mientras jugaba en el parque de su barrio una vecina le contemplaba. Esta vecina resultó ser una trabajadora de YMCA que le animó a acercarse a la asociación.
YMCA se convirtió en su segundo hogar. Desde los campamentos de verano hasta los programas educativos y de liderazgo, YMCA se convirtió en su refugio, donde se sintió seguro y apoyado.
De estudiante a coordinador en YMCA
A medida que Moha creció, también lo hizo su relación con YMCA. Desde sus días como estudiante de primaria hasta convertirse en coordinador de campamentos, Moha ha experimentado una transformación notable. De ser un joven que luchaba por adaptarse a su nueva vida en España, a convertirse en un referente positivo y un modelo a seguir para otros jóvenes en una situación similar a la que él vivió cuando llegó a España.
Hoy, a los 24 años, Moha es un joven con un Grado Medio en Gestión Administrativa y gran interés en el desarrollo de aplicaciones, pero sobre todo es un joven comprometido. Su viaje desde la inmigración hasta la integración ha sido impulsado en gran medida por el apoyo continuo de YMCA. Como promotor de la Escuela de Prelíderes de YMCA, ahora busca inspirar y guiar a otros jóvenes en su viaje hacia el crecimiento personal, el éxito y el compromiso social.
Su historia es un testimonio del poder transformador del apoyo comunitario y la dedicación a la causa de ayudar a los jóvenes a alcanzar su máximo potencial.